Viaje a Nicaragua verano 2007
Informe de viaje de Regina Puffer
Desde la constitución de nuestra ONG en abril del año pasado y siendo miembro de la junta directiva, mi deseo más ardiente era visitar algún día Nicaragua. Quería ver la escuela que apoyamos con mis propios ojos, ver como funciona y poder hablar con profesores y alumnos.
En julio de este año llegó el momento. Después de un largo viaje vía Paris y Miami llegamos por la tardecita a Managua. Sor Magdalena, Sor Carmen y Christopher, que tiene 6 años y vive con las monjas, nos recibieron en el aeropuerto. Para Margarita el aterrizar en Nicaragua era un regresar a casa, a casa de sus amigos. También yo sentí en seguida que estoy bienvenida y me sentí una más del grupo.
Tuvimos que pasar los primeros días con las monjas en Managua ya que nuestras maletas no habían llegado. Fuimos al mercado de verduras y frutas en Managua y ayudamos a Francis a llevar la compra. Francis ayuda en lo que puede a las dos monjas en el día a día. Otro día viajamos a Granada, una ciudad preciosa con un estilo colonial antiguo, a la orilla del lago Nicaragua. Ahí nos interesamos en particular por unos artistas que trabajan en la “Casa de los Tres Mundos” y venden sus cuadros. “Casa de los Tres Mundos” es un proyecto de Dietmar Schönherr y Ernesto Cardenal para apoyar los artistas nicaragüenses.
Con una pequeña barca hicimos una excursión en el lago Nicaragua. Viajamos entre las islas y dejamos que la tranquilidad, el ambiente y el silencio nos envuelvan. A lo lejos se veían majestuosamente los volcanes.
Lago Nicaragua
En el camino a Granada nos paramos en Masaya, en donde se encuentran dos mercados impresionantes con artesanía local. Pasamos varias horas entre sus puestos y mercancías llenos de color. ¡Un asunto que hace uno sudar! Después de pocos minutos en las salas del mercado, el sudor empezó a salir por todos los poros.
En el mercado encontramos unos de nuestros niños apadrinados, el chico tiene ahora 16 años y vende junto con su madre desde la mañana temprano hasta la tarde frutas y verduras. Después se va a la escuela nocturna. Él puede cursar esta formación gracias al apoyo financiero de sus padrinos en Suiza. Los ingresos de la venta en el mercado no serían suficientes para poder pagar la escuela.
Niño con su madre
en el mercado
Y por fin llegó el día en el cual pudimos visitar “nuestra” escuela Pastorcitos de Belén en La Paz de Carazo. Ya en la calle caminando hacia la escuela sentimos como los niños se alegraban por nuestra visita. La escuela estaba decorada con globos y con carteles de Bienvenido. Había un ambiente muy festivo. Los niños estaban sentados en el patio en un medio circulo, recitaban poemas y bailaban bailes folclóricos, así nos dieron las gracias por ayudar que exista la escuela. Lo que más me emocionó fue cuando los niños me abrazaron llenos de agradecimiento. También todas las profesoras se presentaron y nos dieron las gracias.
La escuela está fabricada muy sencilla. Las aulas están divididas por tabiques de madera que no llegan hasta el techo. Así se oyen las clases de al lado. Una parte de los niños tienen clase por la mañana y los otros por la tarde. Los niños están muy motivados, pero tienen muy poco material escolar. Las clases se explican en la pizarra y luego se resuelven en la libreta. Los niños están muy contentos de poder venir a esta escuela, ya que en las escuelas estatales hay hasta 50 niños en una clase. En nuestra escuela hay unos 60 niños, repartidos en 5 clases. Las aulas están un poco sombrías ya que no entra suficiente luz por las ventanas y la corriente se corta a veces durante el día.
Niños en la escuela
Escuela para hoy, «hasta mañana»
En el patio
A pesar de que desde nuestro punto de vista todo parece muy sencillo, los profesores están muy motivados y orgullosos de poder dar clases en esta escuela. Los niños aprecian que no solo aprenden matemáticas y castellano, sino también inglés y que las clases son pequeñas. Para motivar a los niños, se honran los mejores alumnos de una clase con regularidad. Esto anima para que mejoren en los estudios. Una gran parte de “nuestros” alumnos logran pasar a una escuela superior después de la sexta, la cual por ahora todavía tienen que cursarla en otra escuela.
Al calcular
Nuestro viaje nos llevó a otros lugares del país, al norte, muy cerca de la frontera con Honduras, en donde a la altura de 1000m se cultiva café, y en donde visitamos a más niños y niñas apadrinados por nuestra ONG. En todas las casas se nos dio una bienvenida muy calorosa y nos dejaron ver el día a día de sus vidas.
La vida en Nicaragua es muy dura. Se corta el agua y el suministro eléctrico durante horas por el día. No solamente en el campo, sino también en la capital Managua, durante horas no hay electricidad. Ya que nunca sabíamos exactamente cuando se corta el agua, ahorrábamos al máximo el uso del agua, y durante el viaje poco a poco fuimos aprendiendo como ducharnos con un mínimo de agua. Muchas veces se almacenaba el agua en cubos mientras que había agua. Esta agua tenía que durar para el baño, la cocina y para lavar hasta que volviese a entrar otra vez el agua.
En el lavado
Nicaragua tiene un paisaje precioso con muchas atracciones turísticas como los dos lagos, sus islas e islotes, los volcanes, los mares en el este y en el oeste, las playas maravillosas y su vegetación. Pero la vida en Nicaragua no se puede comparar de ninguna forma con la vida en Europa. Nuestro proyecto de la escuela es una buena oportunidad para dar perspectivas de desarrollo tanto a los niños como al propio país.
Chica en el campo
He vuelto con muchas impresiones a Suiza. He visto el brillo de los ojos de los niños y he vivido el agradecimiento de los padres y del profesorado. Para mi, nuestro proyecto, ha recibido una cara, ha tomado vida. Cada Franco invertido significa esperanza y esto significa futuro.
Verano 2007
Regina Puffer
Playa San Juan en el Océano Pacífico